El fuerte Apego de Tina a su familia (que por cierto no es algo obvio en Alemania) se hace visible por varios detalles. En el episodio 3, nos enteramos de que su cocina le pertenecía antes a su madre. Podemos imaginarnos una relación muy estrecha entre madre e hija y obtenemos indicios acerca del ambiente social de la clase media. La conversación telefónica con su madre ( Ep. 9), quien llama sin razón aparente solo a preguntar lo que su hija esta haciendo, confirma nuestras sospechas.
La Naturalidad
con la que Tina toma la llamada, nos muestra su carácter cotidiano. Tina esta en contacto con su madre, al menos telefónicamente todos los días.
La Tina
de la serie trabaja como secretaria y recepcionista en una Galería de arte. “Recepcionista” es en tiempos del rodaje una de las ocupaciones favoritas de las mujeres jóvenes en Alemania occidental. Pero el interés de Tina se concentra más en la vida privada. La meticulosidad con la que organiza su vida privada, no solo salta a la vista en el orden de su apartamento, sino en su ropa y en su alimentación. En el capitulo 5 por ejemplo, nos enteramos de que Tina compra todas las mañanas fruta fresca, para que durante el trabajo tome suficiente vitamina. Con su canasta, Tina nos recuerda un poco a la figura de “caperucita roja”. Todo en ella es saludable, suave y pulcro. Su mundo parece tan armonioso, equilibrado y en orden…
Sin embargo, el filme nos da pequeñas señales que nos indican que en la vida de Tina aún puede sobrevenir mucho caos.
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