Alemán para principiantes en 11 episodios

Ulli – el consentido

En realidad:

Nació el  7.6. de 1965 en Düsseldorf
creció en Langenberg
vive  Langenberg
Estado civil: ledig (vive con su novia), no tiene hijos
Educación:Estudios de administración de empresas.
Hobbies: surfear ciclocompetencias, fisicoculturismo.

en la Serie:
 Banquero

De acuerdo con psicólogos y pedagogos alemanes, tomar la responsabilidad de uno mismo es un paso muy importante en el desarrollo de una personalidad independiente y madura.

Ulli tiene 27 años y se lanza por primera vez a la vida independiente. En realidad, el hubiese podido quedarse en casa de sus padres (como la mayoría de sus amigos de la misma edad): su  madre cocina, lava, el no tendría que pagar un alquiler caro y estaría al cuidado de sus padres...
Ulli representa un nuevo tipo de joven alemán. Es hijo único de una familia de clase media  que creció con el privilegio de un acceso casi ilimitado a bienes materiales. Pertenece a la generación de la prosperidad de la posguerra. Las familias pequeñas con uno o dos hijos conforman, a pesar de todas las diferencias existentes en este grupo, el 70% de las familias alemanas. Las necesidades económicas de la gran mayoría de los individuos en Alemania occidental,  que estén actualmente por debajo de los 40, estaban cubiertas, prácticamente desde la cuna. Muchas madres se dedicaron de lleno a cuidar de sus hijos, los cuales recibieron toda clase oportunidades e incentivos. Estos niños crecen por lo general alejados de la realidad y de sus elementos básicos, como el miedo, la inseguridad, la violencia, el trabajo duro, la responsabilidad y la codependencia social, la enfermedad, la guerra, la muerte, la injusticia. Esa lejanía hace que la maduración psicológica del niño se demore. La niñez de una generación crecida en opulencia tiende a alargarse. En muchos casos, como en el de Uli, se pasa de la vida en el seno familiar a la vida en pareja. Los estudiantes del movimiento de 1968 rompieron con esta forma tradicional de vivir. Uno de los logros de la rebelión fue la adquisición de las cuatro paredes propias, donde los jóvenes adultos vivían bajo sus propias reglas  y experimentaban diferentes formas de convivencia. A ello se suma la independencia económica y emocional, el experimentar soledad o presión de grupo, y comunidades residenciales muy heterogéneas.

A mediados de los 80, esta búsqueda de independencia empieza a desvanecerse. De las ideas revolucionarias del movimiento del 68 queda, aparte de la libertad sexual, muy poco. La bonanza de la clase media que ofrecía espacio privado suficiente para cada individuo en su misma casa, hacía una temprana salida del hogar paterno innecesaria.

El confort del primer hogar propio se parece (como el de Ulli y Tina) en muchos casos al de los padres. Esta pareja joven ya se ha asegurado una estabilidad económica. Su formación profesional está terminada, tienen seguros de vida, contrato de ahorro y vivienda y una cocina tipo americana. En el trabajo en cambio, hacen concesiones con mucho gusto. Su visión del mundo se limita a la construcción de su propia vida, a amigos, pasatiempos, carrera y familia. No es el experimentar lo que ocupa el primer plano, sino más bien la conservación del Status quo.
 

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